The Mün, por Álvaro Suite, músico y productor

(Pinball, Suite, Los Labios, Enrique Bunbury)

 

Me despierto en 2022 y veo que tengo un mensaje de Eloy, el primer guitarrista que me impactó allá por 1992, treinta años atrás. Me dice que tiene un grupo y que quiere que vaya al siguiente ensayo para darles mi opinión sobre unas canciones que quieren grabar. La cosa deriva en la producción de su primer EP. Aún no tienen nombre, pero ya se cuela entre las opciones uno que parece que les va a como un guante. The Mün suena y se lee potente, directo y sólido; su música se oye igual. Son canciones brillantes con estribillos elevados, una base rítmica empacada y sin fisuras, un par de guitarras ardientes y llenas de riffs pegajosos, y sobre todo ello, emergiendo entre las llamas como un pájaro hermoso y enorme, una voz increíble escupiendo por momentos una melodía dulce y serpenteante que se torna en un rugido solo reservado a los grandes cantantes del más puro Rock.

 

En el local ya suenan bestiales. Lo veo claro. Hay que grabar en directo y a partir de ahí añadir recordings que lo alejen del Rock patrio, ese que llaman Urbano y que nunca llega a golpearte en el estómago. Lo de The Mün es otra cosa. Su música nace bestia, pero a medida que crece se presenta como amable y juguetón; un cachorro de pantera. En el estudio, con las canciones desnudas y destripadas, planteamos la dirección a tomar. Hay que pulir, dar cera y tratar de desmarcarse de las influencias que me plantean. Suenan a Foo Fighters pero también a El Canto del Loco. Vienen de años tocando juntos, JUNTOS LOS CUATRO!, en ese circuito salvaje de Costa, bodas, ferias, privadas. Una mili que ni las grandes bandas de hoy día han tenido el lujo de permitirse. Son un único ser que se mueve a toda velocidad y no pasa desapercibido precisamente. Se conocen bien, se escudan y se hacen mejores entre ellos. Esto hay que aprovecharlo. Grabamos 5 canciones brillantes que nos llenan de esperanza y energía para arrancar una carrera con identidad propia.

 

Me despido de ellos, pero dejan una huella importante en mí; quiero seguir a su lado viendo cómo crecen. Ellos se vienen arriba y van alternando su “curro”, ese que les hace cada vez mejores, con la composición de nuevas canciones. Yo me sumerjo en giras, grabaciones y proyectos varios. Y así llegamos a Diciembre de 2023. Yo acabo de abrir mi nuevo estudio y estoy loco por estrenarlo con alguna grabación.

 

The Mün tienen un porrón de canciones nuevas, llevan meses ganando concursos, promocionando el EP y ensayando un repertorio que ya les permite ofrecer conciertos sólidos, personales y enérgicos. Por el camino ha habido un cambio de guitarrista, ya no está el Eloy que me atravesó el alma con su SG allá por los noventa. En su lugar entra un guitarrista formidable que aporta otro tipo de riqueza a la sonoridad de sus nuevas canciones, y que también se llama Eloy. La cosa está clara: son ellos los que deben inaugurar Graba Graba Hey (así se llama el estudio).

 

Y así llegamos hasta el día de hoy, enfrascados en las mezclas finales de otras 7 canciones que, junto a aquellas primeras 5, formarán parte de su debut. Puede que 2 años parezcan mucho para dar forma a un álbum, pero esta banda da una media de 180 conciertos al año, y yo estoy ocupado otros 180. Además, esto es un trabajo a fuego lento, macerado en el proceso de crecimiento de una banda poderosa que no cabe duda de que tienen un lugar entre las grandes de la escena nacional.

 

Tienen hambre, tienen armas, saben hacerlo, por qué no?

 

Ahora me entero que, entre las decenas de concursos que llevan ganados en lo que va de año, se han hecho con el primer puesto en Rock in Río Tea de Ponteareas, y el premio a destacar es tocar en el festival. Ahí hay una historia personal: ese fue el primer concierto que dieron Los Labios tras mi espantada de la banda. Semanas antes decidí que ya no quería seguir en la que posiblemente haya sido la mejor banda de Rock “de verdad” en la que he estado, y entre las 5 menores de todos los tiempos a nivel nacional. Así de claro… Creo recordar que a su vez fue el primer concierto de Los Labios con el que fue mi sustituto, otra joven bestia del panorama: Nacho Sarria. Nacho estuvo girando con Los Labios como asistente, como amigo, como aprendiz entre salvajes de la jungla. A la hora de irme, no había nadie mejor preparado que él para seguir repartiendo leña. Y Rock in Río Tea fue su tabla de presentación.

 

Y así se juntan en ese escenario, con varios años de diferencia y ambas con parte de mi alma en sus venas, dos bandas que comparten un mismo ADN: el Rock hecho desde las entrañas. Pantera y cachorro de pantera jugueteando en el bosque galego. Leña!

 

PD: Ahora que lo pienso, todo esto me lleva a solicitar mi lugar en ese bosque. Desde aquí mis manos alzadas…

 

Escóitaos